Y acá estoy, esta soy yo, la que se enfrenta cada mañana al espejo, ese espejo que me refleja a veces con saldo a favor y otras veces con una deuda que me parece imposible de pagar. Este espejo que en determinados momentos no me refleja, me busco y no estoy, quizás es que estoy, pero muy chiquita, muy menuda, allá abajo, o tal vez estoy pero esta vez muy alto, crecí, me sentí gigante y todo lo veo minúsculo. De lo que si ya me convencí, es de que este espejo no miente, muestra lo que realmente hay, me guste lo que veo o no, este espejo no sabe de engaños, no negocia. Para enfrentarse a el hay que ser valiente, brava, porque el todo te lo muestra. Podes mirarte y sentirte realmente bella, admirable, pero enfrentarlo también puede hacerte conocer las peores miserias, podrás despotricar, enojarte y maldecir, la furia puede apresarte, la ira te hará quizás correr, jurar no volver a mirarlo, pero no lograrás deshacerte de el.
Hoy el espejo me muestra una imagen más grande, me gusta lo que veo, una mujer madura, más segura, por momentos tolerante y en ocasiones intransigente, enamorada. Esta mujer que veo sabe pelear, busca ganar, mira de frente, transmite, aprende, se relaja y sueña . Apuesta, juega fuerte , es apasionada, no se esconde, no necesita hacerlo, se muestra como es. Este espejo, a veces cruel, también le enseño y la ayudo a crecer. El reflejo que me da este espejo soy yo, no hay duda, se que hay mucho todavía por ver, voy a seguir mirando detenidamente, porque no tengo miedo de lo que me pueda mostrar, se lo que soy, soy lo que soy.
Silvana
08/03/2011
1 comentario:
Y lo has demostrado con cada palabra que he leído de vos.
Muy bueno.
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