viernes, 1 de julio de 2011

DESPERTARES


Todos los comienzos son difíciles?, NO! Todos los comienzos son distintos, únicos  y muy parecidos a nacer. Su madre siempre se lo decía al comenzar un nuevo día, ella nacía cada despertar. Todas las mañana la recibían los brazos tibios de su madre, la bienvenida olía a jabón, que bueno se sentía eso de nacer cada amanecer y sentirse bien recibida, solo su madre la hacia sentir así. Sus brazos eran seguros, ella se dejaba abrazar y se acurrucaba en su pecho mullido, podría reconocer las manos de su madre al tacto y sin mirar.. Eran distintas a todas las manos por ella conocidas, aun las podía sentir.  Luego de nacer vendrían los regalos  y que mejor regalo que un desayuno hecho con amor, el olor a pan tostado no se hacia esperar, el dulce casero, especialidad de la casa, se elaboraba con la fruta de turno según época del año, su madre siempre aprovechaba las frutas de estación. Luego llegaba el momento sublime, divino momento, el de paladear, saborear,  apreciar  la lengua, dichosa , como juega y se relame con este exquisito sentir, placer  reservado solo para exquisitos.  El café humeante, cortado con la cantidad de leche justa, acompañaba este momento  y  su mirada, llena de amor, dulce, que seguirá viendo, que la acompañara siempre….  _Dar de comer, alimentar, nutrir, es amar. Esa  era la respuesta de su madre al _¡Gracias! El desayuno estuvo  delicioso! .

El día, cada día, el resto de la vida era todo suyo, ahora le tocaba a ella manipular sus días, igual que barro entre sus manos, trabajarlo, convertirlos en vasija,  en un recipiente  profundo y fuerte, un recipiente único creado por ella, capaz de contener,  una y otra vez cada renacer.
                                                                                            Silvana
                                                                                            07/03/2011 

1 comentario:

Moisés Herrerías Diego dijo...

Un texto entrañable. Realmente extrañaba tus palabras.