viernes, 19 de agosto de 2011

No entendí.


Posiblemente no entendí. Es factible que no haya comprendido o tal vez  mis ojos se encendieron y mi armadura tembló con lo que creo fue una alucinación. Resulta que reparé en  un fantasma, toqué lo intangible, resbalé en  lo imposible. Conté lo incalculable y transformé en palabras lo inevitable. Parece que aposté por lo que nunca fue, trabajé por ninguna paga, me imaginé lo permitido y me devoré lo prohibido. Dominé calles de agua plateada y navegué tierras coloradas. Pulvericé fronteras abiertas liberando mi interior. Y te lo ofrecí, transparente me moví, a veces como un peón, otras como un alfil, saltando como caballo y en mi torre desnudándome, como un rey yo te atendí, en blanco y negro te seguí. Viví pura, impura, suave, brusca, serena, ardiente, siempre desobediente. Es sencillo, me equivoqué, me confundí, me extravié, mas no me busques, no me tientes, la reina pateó el tablero, aplaudió y se marchó.

                                                                        Silvana
                                                                               18/08/2011


2 comentarios:

javy dijo...

wooww impecable , como describis lo inutil que puede ser vivr algo en vano , sufrir por lo que no se lo mereció y terminar ese juego que debió haber terminado antes , si pudieramos evitar lo inevitable , para que queremos un Dios ? muchas palabras con mucho valor para mi , indispensables para vos me imagino ...

Moisés Herrerías Diego dijo...

Un texto que dice tanto y se guarda entre sus párrafos aún más. Pero tal vez sea otra cosa y yo sea el que esté equivocado, no será la primera vez.